Tomé el auto a medio día a buscar a Andres y Moni para ir a comer a Lenga. Justo cuando iba a pasar a la gasolinera de siempre, el detalle: cero efectivo en mi billetera (primer percance) :)

Partimos rumbo a Lenga, ya era bastante tarde y mis intestinos me pedían comida. Había una bandada de pelícanos gigantesca junto a la playa, una cantidad que nunca había visto junta. Cuervos y gaviotas tambien, debió haber un cardumen muy grande de sardinas nadando en la zona. Lamentablemente al momento de bajarme del auto para tomarles fografías, la bandada salió volando :(

Luego de comer y hacer una decena de origamis partimos a la desembocadura del Biobío. Detalle numero dos: cuando llegó la cuenta e iba a tomar mi billetera para pagar, me di cuenta que la había dejado en el auto :).


Moni y Andrés.

No me deja de asombrar cada vez que estoy al borde del mar. Sus olores, el viento, el mar rompiendo contra las rocas, las aves flotando en el aire, la vegetación. Es un espectáculo sin igual.


Vegetación junto al mar..

Mi hermana llegaba en la tarde a Concepción, asi que tuvimos que dejar atrás ese paisaje paradisiaco para internarnos nuevamente en la selva de asfalto. Camino al terminal de buses, detalle numero tres: me pasé una salida de la costanera para ir por el camino mas cercano al terminal. Una vez en Concepción, detalle numero cuatro: pasé de largo al terminal Collao, cuando mi hermana llegaba al Camilo Henríquez. La pobre Poli esperándome mientras tanto.

Catrasca!. Y me comí todos los semáforos rojos!.

La acostumbrada Galería de Fotografías.