Con Cristian teníamos planeado hace algunos días volver a subir el Cerro Manquimávida, esta vez por un camino más entretenido, un sector de roqueríos que da la cara suroeste. Pero como ya se nos esta haciendo costumbre, luego de una semana de perfecto clima y hermosa visibilidad, bastó que nos pusiéramos de acuerdo para subir para que se pusiera a llover justo la noche anterior.


Flores en el Manquimávida.

A punto de decidir no subir por el mal tiempo, unos rayos de sol nos alentaron a salir de todas formas, algo mas tarde de lo habitual. El camino (mas bién la falta de él) nos hicieron gatear gran parte del camino entre matorrales y zarzas. Sin darnos cuenta ya estabamos estilando de mojados por las gotas que aun permanecían en las hojas de la vegetación. Luego de largo rato nos encontramos con los roqueríos, con su sonora quebrada de aguas algo lodosas; no era buena señal.

Despues de ver el terreno un rato, decidimos volvernos y subir por el camino normal. No llevábamos mas que un par de cientos de metros de descenso, cuando se larga una repentina lluvia. Como estábamos bajo una tupida capa de matorrales no quedamos “tan” mojados, aunque de todas formas quedamos estilando con las gotas que nuevamente quedaron posadas sobre las pequeñas hojas que nos rozaban mientras atravesávamos la espesa vegetación.

Otra vez al nivel del mar y a buscar el camino, pero tanto arrastrarnos, gatear, la incomodidad de las ropas mojadas, los dolores de cabeza de Cristian y un doloroso tirón que sentí en mi rodilla derecha (que luego al bajar se uniría al dolor de la derecha; si, los años no pasan, se quedan) nos permitieron llegar tan solo a la mitad de la escalada. La expedición fracasó :)

Gatear entre ramas mojadas es de lo peor. Pero el paseo de todas formas fue entretenido. Nos topamos con camiones que están ampliando la fuerte deforestación que sufre el Manquimávida :-(


Mas deforestación?.

Otras pics.