Ya necesitaba mover algo las piernas, asi que nos pusimos de acuerdo con Cristian para una vez más subir el Manquimávida, llegar hasta su punto más alto y luego caminar por toda la cresta hasta llegar al frente de mi casa.


Cielo sobre Concepción.

Se suponía según los pronósticos del tiempo que iba a estar nublado, por suerte no fue asi (para la vista que tendríamos) y por otra parte ni tanta suerte (me quemé los brazos ;-) ). La vista fue espectacular, en el punto mas alto se puede ver la Cordillera de los Andes, lo que creo son los nevados de Chillán (a unos 170 kilómetros al este).


Amigos en el camino.

Luego de llegar a la cima, decidimos bajar frente a mi casa (unos 3.5 kilómetros lineales al sur) yendo por el camino que va por sobre la cresta de los cerros.

Nos encontramos con varios “amiguitos” en el camino, primero una pequeña culebra, que quedaría bautizada «Barotolo» en nombre a la culebra mascota de Papelucho (en Papelucho en Vacaciones) que hace solo un par de días estuvimos recordando con Moni, por ser los primeros Papelucho que leímos ambos.

Bartolo se nos escapaba por entre los pies hasta que mordió a Cristian en la mano cuando la intentó tomar. Mas adelante nos encontramos con el papa-abuelo-bisabuelo de Bartolo, una culebra de alrededor de un metro de largo, y del grosor de mi pulgar. Se notó de inmediato como había llegado a ese tamaño y edad, apenas nos vio con cara de curiosos, salio arrancando hacia los matorrales impenetrables.

Por último con un coleóptero del que desconozco su nombre, si hay un entomólogo entre el público, le ruego nos ilumine.

Otras pics del Manquimávida.