Ya necesitaba mover algo las piernas, asi que nos pusimos de acuerdo con Cristian para una vez más subir el Manquimávida, llegar hasta su punto más alto y luego caminar por toda la cresta hasta llegar al frente de mi casa.
Cielo sobre Concepción. Se suponía según los pronósticos del tiempo que iba a estar nublado, por suerte no fue asi (para la vista que tendríamos) y por otra parte ni tanta suerte (me quemé los brazos ;-) ).