Ya estoy de vuelta en Concepción, de vuelta al trabajo.En Santiago aproveche de reunirme con algunos de mis amigos en el departamento de Rodrigo. Como no podía hacerse esperar, aparecieron ideas para nuevos proyectos, pero pese a todo, intentamos alejar la conversación de los bits.

La pandilla desde arriba-izquierda: Felipe, Pepón, Jci, Yo, Rodrigo, Pedro y Andrés (falta Aldo, que llegó unos momentos después). Por mi parte el viernes aproveche de salir de compras, no hay stock para RG350DX, RG370DX, ni RG320 (y las 1500’s «Prestige» se me escapaban de presupuesto), de forma que salí de la tienda con mi tercera opción, una Ibanez RG 370JB y un Digitech RP200A junto a algunos accesorios más.

Ya necesitaba mover algo las piernas, asi que nos pusimos de acuerdo con Cristian para una vez más subir el Manquimávida, llegar hasta su punto más alto y luego caminar por toda la cresta hasta llegar al frente de mi casa.

Cielo sobre Concepción. Se suponía según los pronósticos del tiempo que iba a estar nublado, por suerte no fue asi (para la vista que tendríamos) y por otra parte ni tanta suerte (me quemé los brazos ;-) ).

Con Cristian teníamos planeado hace algunos días volver a subir el Cerro Manquimávida, esta vez por un camino más entretenido, un sector de roqueríos que da la cara suroeste. Pero como ya se nos esta haciendo costumbre, luego de una semana de perfecto clima y hermosa visibilidad, bastó que nos pusiéramos de acuerdo para subir para que se pusiera a llover justo la noche anterior.

Flores en el Manquimávida. A punto de decidir no subir por el mal tiempo, unos rayos de sol nos alentaron a salir de todas formas, algo mas tarde de lo habitual.

Hoy mi hermana me dió la idea de salir a tomar algunas fotografías. Hace bastante que no nos tomábamos alguna juntos. Así que allá vamos.

Junto a mi hermanita. Aprovechamos de invitar a salir a Cristian y Johanna y partimos sin rumbo definido hasta que se nos cruzó por la mente la Desembocadura del Biobío.

Roqueríos junto a la desembocadura del Biobío. El viento nos hacía volar y los zancudos nos comían, a tal punto que en una oportunidad decidí bajar a tomar unas fotografías del lado norte de la desembocadura, pero la nube de zancudos era tan grande que tuve que salir corriendo de vuelta al auto.

Ernesto y Mauricio Acuña estaban de cumpleaños hoy (ayer). Hacía bastante tiempo que no ponía un pie en casa de mi viejo compañero de Ingeniería Comercial.

Mauricio en su cumpleaños. Durante la tarde en el trabajo, Ernesto (que de paso es mi jefe) nos invitó a «La Capilla» por un trago a celebrar su cumpleaños. Fuimos Nelson (del departamento de sistemas), Cristian (de diseño), Rodrigo (hijo de Ernesto) y su novia Mariela.

A Cristian ya se le hizo poco su amplificador Peavey de 15W para hacer temblar su habitación asi que anda en búsqueda de algo mas potente. Hoy lo acompañé a encontrar el eslabón perdido de un Marshall de 30W. En ninguna parte encontramos y para cuando llegamos a una de las últimas tiendas especializadas, ya habían cerrado, plop!.

Sócrates Planet. Luego pasamos por una Rich (si, continúo en mi campaña de recuperar peso, aunque todavía los pantalones se me caen puestos) y al DUOC UC donde debía encontrarse con un profesor por unas consultas de último minuto para su informe final.