Hoy fue un dia de vagancia blogera. Me di el gusto de pasearme por cuanto link perdido encontré en los blogs cercanos y, asi como niño alejandose de casa, sin darme cuenta ya estaba a como 20 links lejos de mi blog.

Que de Diego salté a un tal Claudio, Maga, Zuirdj (que si estaba con anterioridad en mi retina) que luego me llevó donde un penquista llamado Rodrigo de donde fui a parar a la casa de Roberto y alejándome más aun del calor de mi casa a la reunión Blogera del 11 de Junio a la cual fui invitado, pero no pude ir con mi novia (que también es bloger), ya que estaba en Concepción para entonces. Ahí si que degeneró el paseo, transformándose en un Mozilla con mil tabs abiertos de algunos milímetros tan solo de ancho en mi monitor de 19′.

Más café por favor, que preferí reemplazar por un batido de piña con chocapic sin monos tóxicos; otra de Kent One, que también decidí reemplazar por chupetear más chocapic junto a mi perro Bruno, porque la noche se viene larga.

Sin darme cuenta ya llevaba un par de horas leyendo vidas ajenas, historias en código, de esas en que obvias la mitad de la información, porque los que leen se saben la otra mitad, pero yo no. Me sentía excluído y de puro picado, más excavaba en sus historias, hilando relaciones y aventuras comunes entre uno y otro blog.

Con esa idiota sensación de haber descubierto la pólvora, el agua mojada (de lo que el profesor de Construcción de Andrea sabe mucho) y perfeccionado la rueda por algunos segundos me di un palmazo en la frente y me di cuenta que esos blogs han estado casi tanto tiempo alli como yo vagando por la red. Y yo blogeando desde el 2000 nunca los vi pasar.

Y si nos ponemos técnicos, mi primera página del 1996 hospedada en un todavía «casi nuevo» IBM RS/6000 en mi universidad (en que o la hacías escribiendo el html en vi, conectado desde una terminal tonta con pantalla ámbar, o simplemente no la hacías), en que contaba que casi lloro la primera vez que no me saque un 7 y que mi grupo favorito era Dream Theater también se considera blog, ¡así que saquen la cuenta «novatos»!.

Extraño es esto de blogear. Hace muchos años atrás comencé por documentar cuanta estupidez nueva realizaba en mi aporreado pc con Linux, costumbre bastante expandida en la comunidad del software libre, donde si no te atreves a aportar con líneas de código, al menos aporta tu experiencia. De pronto, esto de «documentar» se transformó en «Changelogs» personales (un changelog, para los ignorantes en el tema, es un archivo en el cual se anotan los cambios realizados durante el desarrollo de un proyecto, de forma de saber en que, como, cuando y por quién ha cambiado).

Sin siquiera notarlo, entre los «hoy aprendí a usar expresiones regulares y por si a alguien le sirve, estas son …» comenzaron a aparecer los «hoy conversé una Escupo con mis amigos sobre expresiones regulares» y más adelante aun los «hoy simplemente me converse una Escupo con mis amigos». De a poco se fue alejando el espíritu de documentación (que escribia tan solo un puñado de veces al mes) en plasmar mis propias actividades. Encendí la webcam de ideas y letras y de ahi nadie mas paró. Por supuesto esto corre por todos los viejos blogers que pululamos la red.

Cuando llegué a la lista de blogs chilenos que está reuniendo este nuevo amigo del alma que conocí, pero que el aun no lo sabe, descubrí que mi weblog ya está dentro de la famosa lista, y con la descripción mas mamona y distorsionada que pude ver.

En un principio me atacó la risa, un minuto despues la ira y un microsegundo después la comprensión. Qué saben de mi más que mis últimos posts?, llevo casi 4 años blogeando y 3 de ellos al menos fueron con aires técnicos y justo EL mes que me pongo de novio y por consiguiente la baba se escurre por mi rostro pensando en mariposas y atardeceres, es cuando se les ocurre conocerme.

«…

32. DewBack: de Fabián Arias, un chico enamorado al que se le stán pegando sanas costumbres tales como ver las puestas de sol y las flores camino a clases.

…»

Es cierto, solo hay una oportunidad para la primera impresión.

(Btw, es solo «Dewback», sin capitalizaciones extrañas)