96 horas hábiles son 3 semanas
Esa es la posición de Movistar (no link, no pienso regalarles un page view). 24 horas hábiles no es un día, son tres. ¿Por qué?, porque solo trabajan 8 horas al día.
Actualización 1 (sobre “las 96 horas”)
Actualización 2 (sobre “lo llamamos en 48 horas, cuando este ticket de soporte se autocierre”)
Actualización 3 (sobre “se lo tenemos hasta el fondo, ahora sientese y disfrute a la sombrita mientras lo llamamos”)
Rajazos
No, no me rajé en los certámenes, me raje simplemente por la vida.
Esta última semana ha sido recurrente los «me rajé» en mi vocabulario, y a continuación explico por qué.
Corría el fin de semana, no viajé a Santiago ya que tanto Andrea como yo teníamos bastante que estudiar, hacer y era el día de la madre, por lo que mi viaje planificado no se concretó y me quedé en casa.
Atardeceres a las 5
Una vez mas ayer tuvimos atardecer a las 5 de la tarde. Los incendios forestales estan dejando la grande en la región. A un kilometro y medio de mi casa un incendio se expande con rabia infernal, la temperatura aumento unos 5 grados y el viento sigue alimentando las llamas.
17 son los incendios que azotan la región, el más cercano a mí, en Omer Huet, camino a Hualqui, que incluso dejó atrapado a un convoy del Biotren.
Tyridium in tha house
Luego del trabajo decidí llamar a Andrés aprovechando que esta “de visita” en su propia casa en Chiguayante y autoinvitarme a una sesión de amena conversación, recordar nuestro paso por la Faculta de Economía de la Udec, saber de la vida del otro en estos días y pelar a nuestras respectivas Facultades, entre otros.
Una vez que llego su hermano Ignacio, decidí tomar unas cuantas fotografías candidatas para la portada de sus respectivos próximos CD’s.
Geniales atochamientos de día sábado.
Durante la mañana de ayer, mientras probaba unas nuevas css para mi sitio, hablaba con Basilio sobre algunas películas que desde hace siglos le tenía prometidas. Ejem!, respaldos de DVD. Viendo que yo andaba con menos ánimo que una almeja, Basilio decidió invitarme al cine a ver Matrix Reloaded siempre y cuando lo fuera a buscar a su casa. Pues bien, partí hecho un rayo en el auto a la casa de Basilio, sin saber que me encontraría con una simpática sorpresa en el camino.